Parpados hinchados, ojos cristalizados. Mi rostro refleja una absurda necesidad por tener tu cuerpo junto a mi boca.
Besarte, lamerte, encenderte y perderme junto a ti en una red de pensamientos delirantes de una mente abatida por el insomnio, que poco a poco le roba neuronas; tal cual un sucubo hurta el semen vertido durante sueños lascivos.
Bailar al compás de tu aroma excitante que se eleva, me acaricia; que me impregna e hipnotiza, llevándome hasta el punto de un suspiro prolongado en el viento.
Quisiera tenerte ahora entre mis manos, jugando con tu torso, gozando con tu extinción. Placer que tantos años mantuve alejado de mi. ¿En que momento te colaste entre mis manias y obsesiones?
La luna cabalga a traves del cielo y yo me sigo trastornando, porque Morfeo se burla de mi velo, de la espera de un milagro que te traiga hacia mi; y me encuentro suplicando que, dentro de algun cierre perdido de mi bolso, logre sacar tu cuerpo alargado y ponerlo entre mis labios.