publicado originalmente en MySpace el 10 de marzo del 2009....con una que otra corrección
Ella se mece como la niña que aun reside en su interior. Mirando al pasto desde el columpio, como tratando de encontrar ahí la solución a todas las interrogantes del universo; con sus pies arando la roja tierra, o quizá simplemente cavando, porque ella ahora tiene muchas cosas que sepultar.
Intenta no derramar ni una sola gota de aquel salado jugo; y su orgullo tiembla pero ella no cede. Agacha la cabeza un momento para respirar, y levanta de nuevo esa mirada, llena de altivez, llena de arrogancia; los ojos son espejos del alma, pero muchas veces estos pueden ser polarizados para impedir a los curiosos ver hacia el interior. Ella lo ha hecho.
Siente un dolor agudo, cual infarto al miocardio, pero es mas adentro, mucho mas adentro. Ella quisiera comprender porque suceden las cosas pero es imposible, tan solo suceden. Y a todos los santos conocidos y por inventar, ruega para regresar en el tiempo y no cometer tan fatal error; pero tan traicionero es el viejo Saturno, que si nos permitiera dar marcha atrás a los días, se encargaría de que en alguna forma todo resultara peor. Ella lo sabe, pero hay deseos que no obedecen a la razón.
Y sigue meciéndose, mirando al pasto que tanta urticaria le provoca, donde mas de mil besos se encuentran regados. Todos fueron lanzados por ella, intentando hacerlos llegar a los labios correctos pero el viento no sopla como siempre, y no quiere ahora, ser mensajero de nadie.
Ella piensa detenidamente, quiere que todo sea un mero invento de su imaginación. No lo es, simplemente no es tiempo de besos, no es tiempo de ser amada, aunque ella siempre tendrá tiempo para amar; hoy es tiempo de mirar al espejo, y ver sus labios partidos, sus labios tan secos como las caricias de aquel...
by E. Malerige
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