Me encontraste...
Miré al espejo y estabas tú, con la mirada maternal que siempre anhelé, que siempre tuviste, que nunca pude ver; y llorando de ti me abracé, para sentirme nacer nuevamente.
Que difícil es admitir que uno está en un error. Hoy, con el corazón en la mano te pido perdón, pues te he dibujado en mi mente como un espantoso monstruo, cuando tú solo me has amado y has dado tu tiempo y vida por mí.
Hoy puedo decir que te amo a pesar de todo. Que no tengo nada que perdonarte y ya no existe en mi mente algún evento que deba reprocharte, pues ahora puedo quitar el velo de mis ojos llenos de lágrimas; finalmente distingo a tu verdadero rostro angelical.
Te quiero en mi vida, no te apartes nunca....te amo mamá
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